viernes, 20 de junio del 2025

¡Pilas! Nuestros Niños Están en Peligro: ¿Qué Vamos a Hacer?

A ver, somos sinceros: los niños son el tesoro más grande que tenemos, ¿cierto? Pero, ¿los estamos cuidando como merecen? En Colombia, las cosas no pintan bien. El año pasado, más de 6.000 casos de maltrato infantil han salido a la luz, y los reportes de violencia intrafamiliar superan los 134.000. ¡Es una locura! No estamos hablando de simples números, estamos hablando de vidas, de sueños que se están rompiendo mientras miramos hacia otro lado.

Nuestra Constitución lo dice clarito: los Derechos de los niños están por encima de todo. Además, no estamos solos en esto, tenemos compromisos internacionales como la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU. Entonces, si ya tenemos las leyes y los acuerdos, ¿qué carajos está fallando? Pues todo. Por un lado, las instituciones no dan abasto. Faltan recursos, personales y, en algunos casos, ganas de hacer bien las cosas. Por otro lado, estamos nadando en un mar de impunidad. Más del 90% de los casos de violencia contra menores no terminan en una condena. Sí, leíste bien: el 90 %.

Pero eso no es todo. Hay algo más grave, algo que está en nuestras cabezas: nuestra cultura. ¿Cuántas veces no hemos escuchado frases como “es por tu bien” mientras alguien levanta la mano? El clásico “así me criaron y aquí estoy, bien parado”. ¡Error! Estas ideas solo perpetúan el maltrato y enseñan que la violencia es normal. ¿Cómo vamos a cambiar las cosas si seguimos justificándolas? Ahora que hay casos en los cuales se requiere usar un tono más alto, es cierto pero esto no recae en castigos físicos inhumanos.

Mira, la cosa es así: no podemos dejarle toda la responsabilidad al Estado. Esta es una tarea de todos. Si ves algo raro, ¡denuncia! No te hagas el de la vista gorda, porque ese “no es mi problema” podría costarle la infancia a un niño. También hay que empezar por casa, educando con amor y respeto, no con golpes y gritos.

Los profes, médicos y líderes comunitarios son clave en esta lucha, pero también necesitan herramientas, formación y apoyo para poder actuar. Y no nos olvidemos del sistema judicial, que necesita un empujón grande para que las denuncias no queden en el aire.

Esto no se trata de hacer grandes discursos ni de dar lástima. Se trata de actuar. Proteger a los niños es un deber de todos, no un favor. Cada niño que salvamos es un pedacito de esperanza para este país. Entonces, ¿qué dices? ¿Le entramos juntos a este reto o seguimos dejando que las cosas sigan iguales? ¡La pelota está en nuestra cancha!

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