A lo largo de varias décadas, diferentes líderes políticos, tanto locales como regionales, han abordado la situación, pero hasta la fecha, ninguna solución definitiva ha sido implementada para aliviar la preocupación constante de los residentes.

Recientemente, el alcalde de Villarrica, Julio César Pérez, ha subrayado la preocupación existente, destacando que el municipio carece de los recursos financieros necesarios para afrontar esta problemática. Por lo tanto, Pérez ha hecho un llamado urgente a las autoridades departamentales y nacionales para brindar el apoyo necesario y llevar a cabo la reubicación de estas familias.

No obstante, la situación ha empeorado, ya que, mientras inicialmente se hablaba de 106 familias necesitadas de reubicación, esta cifra ha aumentado a 136, lo que plantea un desafío aún mayor para garantizar la seguridad y el bienestar de estas personas.

El alcalde Pérez expresó su preocupación diciendo: “Esto es una situación que parece no tener fin. Las familias continúan viviendo en el barrio Obrero, pero el riesgo persiste. Cualquier movimiento en masa podría desencadenar una tragedia. Estamos en una carrera contra el tiempo para evitar una posible catástrofe para los habitantes.”

La comunidad de Villarrica, junto con las autoridades locales y regionales, se encuentra en una situación de urgencia y espera mientras buscan una solución inmediata a esta problemática que afecta a más de 136 familias que aún no logran convivir en un lugar seguro.